08 junio 2007

ROME / capítulo 1 / Cuaderno de Bitacora

Estábamos en un terreno semipantanoso cuando fuimos atacados por unos seres del pantano como su propio nombre indica.
Nuestra misión era sencilla, debíamos vigilar a un tipo, ¿su descripción? Era bajito, perilla negra bajo su estrecha boca y mirada astuta. Sin duda ese hombre escondía algunos secretos, y nosotros debíamos descubrir alguno de ellos.
Llegamos a un castillo sin muchos problemas, es decir, nadie nos atacó. El paisaje tras tanto camino había cambiado, ya no era pantanoso, el castillo estaba situado en una zona de la región de terreno cárstico, ¿era eso importante? ¡Desde luego! ¡Vaya tirada que saqué para averiguarlo!

Mientras inspeccionábamos la zona como buenos aventureros, alguien sacó la tirada de avistar y nos contó cómo había visto entrar a una muchacha con una bolsa entre sus manos. Nos quedamos vigilando y al cabo de no mucho tiempo pudimos ver a la misma chica saliendo pero sin bolsa entre las manos esta vez.
La intentamos seguir para ver si nos daba alguna pista de por donde continuar nuestra aventura, pero David la perdió la pista. El caso es que por lo menos conseguimos verla algo de cerca. La joven poseía una larga melena roja y en su rostro se observaban claros rasgos orientales. No todo estaba perdido.

Como no teníamos nada mejor que hacer pues nos fuimos a hablar con el hombre que nos había contratado, le contamos lo que habíamos visto y nos envió tras ella… Cuán grande fue nuestra sorpresa cuando la descubrimos custodiada por tres fornidos caballeros.

[…]

Una vez que llegamos a nuestra casa nos encontramos a un hombrecillo bajito que parecía un ladrón nos advirtió de que en nuestro futuro encuentro con el hombre que nos contrató, tal vez tratarían de emboscarnos.

[…]
(Creo que nos comimos la emboscada igualmente, somos de mentalidad simple, pequis!)

En un desgraciado “accidente” David hirió (mató) a Publio Licinio Craso. Tras lo cual huimos pero nos estaban esperando con flechas, tratamos de montarnos en nuestros caballos pero la lluvia de flechas no cesaba. A tejero le costó mucho subirse al asustado animal pero a mi muchísimo más, tanto es así que mi yegua salió relinchando, dejándome tirado mientras todos corrían a salvar sus miserables vidas. Así que no me quedó otra que correr, pero varias flechas me alcanzaban, cada vez más, hasta retener mi marcha, no podía más que andar a duras penas.
(Imaginad una situación así, es cómica, un tío corriendo mientras le hunden a flechazos, diciendo: ¡ay! Joer, esperadme…) (a mi no me hizo ni puta gracia en su momento, casi la palmo, me lanzaba 8 flechas a dar en cada turno).

Tejerufo volvió a caballo a por mí y me sacó de aquel infierno. Cabalgamos durante largo rato y nos pusimos a resguardo. Nos recuperamos y seguimos, al cabo de un tiempo x llegamos a la entrada de una cueva escavada en la roca, (vamos, un dungeon, pa entendernos) entramos, como buen dungeon que se precie nos encontramos a unos bichejos feos a los que tuvimos que dar matarile, lo sentí por Tito, puesto que no eran monos de la gruta. David encontró en un cofre 500 sestercios que decidió guardar él para su posterior reparto. Entonces supe que nunca volvería a ver ese dinero.
Vimos en una de los corredores de la cueva un túnel que era muy oscuro, como no había más salidas ni caminos decidimos continuar por ese camino para ver a donde llevaba la cueva. Cuando nos adentramos en el túnel pudimos advertir, tal vez demasiado tarde, que estaba lleno de espadas oxidadas llenas de tifus del cagarse. Tuvimos que correr, pues las espadas como por arte de magia comenzaron a moverse en el aire y a darnos tajos en la piel y en nuestras carnes.
¿Cuál fue el resultado? Salimos todos hechos trizas.

Pero cuál fue nuestra sorpresa al encontranos cara a cara con un ser pestilente y bastante grande que tenía cara de pocos amigos. Bloqueaba el camino y no estábamos es la mejor de las situaciones, nos iba a matar a todos…

CONTINUARÁ…

2 comentarios:

Qué chulada de partida! Está empezando a picarme hasta a mí... El único problema con vosotros es q seguís sin saber lo maravilloso de dormir los sábados hasta las mil y madrugáis pa ir a jugar al furgol, al rol...
(Están locos estos romanos!)
Te está quedando muy bien el blog, así q...¡ÁNIMO!(aunq ojo con los exámenes no vayan a cortart los huevecillos..,jeje) XD

Pues verás, querida hermanita, el truco radica en carecer de novia y tener una vida social pareja a la del caracol hermitaño o la del escorpión bicefalo.¡¡Que nooooo!!
XD.
Las partidas de Rol molan mucho narradas una vez jugadas, por eso mismo empecé a apuntarlas en un cuarderno y ahora están al alcance de todos.jeje.
Weno, en realidad solo unos pocos seres realmente especiales pueden llevar a cabo nuestra tarea, y desgraciadamente nuestro grupo va menguando.Hay que luchar por mantenernos unidos como hacen Zipi y Zape, Mortadelo y Filemon o Rocco y Siffredi.

Publicar un comentario

 
Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More