La historia está hecha para que algunos hombres la cambien. Manolo Santana fue pionero en 1966 y Rafa Nadal ejerció de sucesor 42 años después en el All England Club, la catedral del tenis. Hasta hoy allí reinaba un suizo llamado Roger Federer que parecía invencible, un extraterrestre con raqueta. Lo siguió siendo hasta que la última bola de una final memorable, que duró cinco horas y que se vio retrasada e interrumpida dos veces por la lluvia. Jugaban dos campeones pero sólo podía ganar uno antes de que anocheciese. Un marcador para la historia: 6-4,6-4, 6-7, 6-7 y 9-7 a favor de Míster Nadal.
3 comentarios:
Chicos, qué bien se lo pasa uno y qué buen humor te queda cuando gana tu equipo, como con los "niños" del fúrgol... LLevamos dos domingos consecutivos ganando títulos que no lográbamos hace más de 40 años...mola. Al principio parecía que Nadal iba a ganar de calle hasta que se puso a llover; pararon el partido y todo se torció. Federer recuperó terreno y el 5º set fue de infarto. Yo creía que ganaría Federer por eso de la experiencia y el nº 1, pero después de conservar un saque con el que podía haber acabado el partido vi a Nadal saltar en plan "Mowgli" (como en aquella eliminatoria de Copa Davis). Entonces sí que creí que podía ganar... y ganó!!!... ¡se lo merece! ¡¡y nosotros por tragarnos todo el partido!! Hummm... ¿qué nos toca ganar el próximo domingo??
Te has dejado a Conchita M... anda queeeee... xD
Nos lo merecemos, mejor dicho, se lo merece, aunque sólo sea por lo rápido que ha escalado puestos en el tenis mundial...
Este tio es increible el palmarés que tiene. Y lo que asusta es lo que le queda, que acaba de empezar su carrera.
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